El 29 de octubre de 1969 a las 10 y media de la noche en la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) se estaba haciendo historia: un ordenador intentaba mandar un mensaje a otro de la universidad de Standford, situado a 650 kilómetros. Utilizaban la red Arpanet, que ya contaba con los componentes esenciales del Internet actual. Los programadores que estaban usando ambas máquinas hablaban por teléfono contándose los pasos que iban dando.
Desde Los Angeles intentaban mandar el mensaje “log” para entrar en un ordenador de Standford que añadiría los caracteres “in” para formar la palabra “login”. Comenzó la secuencia y se envío la la letra “l”, luego la letra “o” y cuando se iba a mandar la “g”… el ordenador de Standford dejó de funcionar.
Así que el primer mensaje transmitido por Internet fue “lo”. Lo revela el científico Leonard Kleinrock, uno de los protagonistas de aquel episodio histórico. También es uno de los protagonistas del documental de Werner Herzog Lo and behold: sueños de un mundo conectado, en el que el director de cine alemán muestra el nacimiento de Internet y los fenómenos que ha producido esta red de comunicaciones.
Leonard Kleinrock explica a Herzog, junto al ordenador desde el que se mandaron esas dos letras, una interpretación fascinante de aquella primera comunicación: “El primer mensaje en Internet fue ‘lo’, como ‘Lo and behold’ (pasen y vean)”. Medio siglo después seguimos viendo fascinados ese inmenso espectáculo global que es Internet.
La red Arpanet, que en parte fue desarrollada por el Ejército de Estados Unidos, contaba con una tecnología mucho más obsoleta que la actual. Pero en ella encontramos los dos componentes fundamentales de la arquitectura de Internet: una red descentralizada con múltiples caminos para trasladar la información y la división de los mensajes en fragmentos que viajan por separado hasta recomponerse al llegar al destino.
La siguiente evolución crucial de Internet fue desarrollada por los investigadores Vinton Cerf y Robert E. Kahn: se trata de los protocolos TCP/IP, estas siglas significan en su traducción al español Protocolo de control de transmisión y Protocolo de Internet. Su importancia es enorme porque establecieron una serie de normas sobre cómo deben transmitirse los datos por la red para lograr una mayor eficiencia. Este protocolo fue aplicado en los años 70.
En 1989 en el laboratorio CERN de Ginebra fue creado el principal lenguaje de la red: el HTML, desarrollado por Tim Berners-Lee, en 1990 nace la World Wide Web
En 1989 en el laboratorio CERN de Ginebra fue creado el principal lenguaje de la red: el HTML, desarrollado por Tim Berners-Lee. Una vez concebido ya se había sentado la base del Internet moderno que hoy usamos. En 1990 se creaba la World Wide Web, en la que la navegación por Internet era mucho más accesible al usarse programas de navegación.
Si volvemos a los orígenes de Internet sus principales promotores tienden a estar de acuerdo que obviaron cosas importantes. De la misma forma que se creó la tecnología del correo electrónico no se creó algo similar en mensajería instantánea. Por eso a día de hoy las comunicaciones dependen en gran medida de un puñado de aplicaciones como WhatsApp, pertenecientes a grandes empresas.
A diferencia de lo que sucedió hasta los años 90, el desarrollo de Internet depende menos de iniciativas promovidas por el sector público. La red cada vez está más dominada por empresas que proporcionan servicios de toda clase, como Google o Facebook. Las iniciativas privadas comenzaron a hacerse fuertes en Internet en los años 90. Fue entonces cuando se produjo la denominada burbuja de las puntocom, que estalló en 2001.
Fuente: La Vanguardia. Lee aquí el artículo completo.